La verdad, lo que los niños odian es el trabajo que pone la escuela. Sus enemigos mortales, los maestros; villanos encargados de acabar con la diversión…
Cuando un niño es más joven no se preocupa mucho por las diversas actividades que tiene que realizar en la escuela infantil, simplemente las hace porque es lo que mandan. Cuando ya el niño entra a la pubertad y adolescencia empieza a descubrir cuáles son sus fortalezas y debilidades, por la tanto realiza las actividades escolares con agrada o desagrado, de acuerdo a sus gustos particulares.
Es ahora viejos que descubrimos que aquello que tanto nos aburría desde que íbamos a las escoletas, ahora nos sirve para interactuar con el mundo. Porque es esa educación primaria la que definitivamente estructura y da forma clara a lo que somos y a como nos ve el mundo.
El odio a la escuela y el fastidio por la educación siempre termina por ser una etapa que todos vivimos en nuestra niñez, y que ciertamente nuestros hijos y sus hijos vivirán. Ahora bien, de nosotros como padres depende que nuestros hijos sepan odiar con amor a la escuela y saquen provecho de ella así como nosotros lo hemos hecho hasta el día de hoy.
Fuente: ¿Por qué los niños odian la escuela?